Avances sobre
los receptores b
adrenérgicos ofrecen oportunidades de tratamiento para enfermedades
cardiovasculares, pulmonares y metabólicas
Por: Marvin A. Soriano-Ursúa.
http://marvin-researching.blogspot.mx/
INTRODUCCIÓN
La adrenalina y noradrenalina
(integrantes de un grupo de moléculas denominadas catecolaminas por su
estructura química) son moléculas que han sido estudiadas por más de un siglo,
y es común que la población conozca sus efectos en un individuo. Coloquialmente,
se asocian a respuestas de estrés o se dice que nos prepara para enfrentarnos o
huir de algo potencialmente peligroso.
En los años recientes se ha observado un
progreso continuo en el conocimiento de los receptores (proteínas que son reconocidas
para que haya una respuesta biológica) a las catecolaminas, dichos receptores se
han clasificado en alfa y beta, y a su vez los beta se han subdividido en b1, b2 y b3.
Pero no sólo las catecolaminas endógenas (que produce el cuerpo) alcanzan a reconocer
estos receptores, sino también mediante un diseño racional de sustancias
exógenas pueden reconocerlo y esto representa un amplio campo en la
investigación médica, porque son un blanco en el diseño de moléculas dirigidas
a tratar enfermedades que afectan los tejidos en los que estos receptores se sintetizan
(esencialmente padecimientos cardiovasculares, pulmonares y metabólicos).
Dado que para que estas moléculas tengan
efectos en una célula u organismo se requiere que interactúen y se unan al
receptor, un factor importante en la reacción de cualquier célula u organismo
es la cantidad y la proporción de receptores adrenérgicos a
y b que
expresan en su superficie.
Los receptores adrenérgicos, pertenecen
a una familia llamada ‘receptores de 7 dominios transmembranales o acoplados a
proteína G’, éstos son capaces de transferir la señal de una molécula que los
alcanza desde la superficie extracelular al medio intracelular, mediante un
cambio en su conformación (un reacomodo de aminoácidos, sin cambiarlos de configuración)
generado cuando una molécula los alcanza, lo que activa a las proteínas G con
las que tiene contacto en la superficie intracelular de la membrana. La
estimulación de estos receptores por agonistas endógenos o exógenos activan un
grupo de proteínas de acoplamiento, llamadas proteínas G, porque hidrolizan al
guanosin trifosfato (GTP), que regulan la actividad de una gran variedad de
enzimas y de canales de iones. Estas enzimas o canales de iones son llamados
efectores, ya que los cambios en su actividad causan alteraciones en el paso de
iones al medio intracelular, modificando su conductancia o a nivel de otras
moléculas que tienen efectos mayores en el medio intracelular, llamados segundos
mensajeros, tal como el adenosin monofosfato cíclico (AMPc). Clásicamente, los
receptores b adrenérgicos
se acoplan a proteínas Gs, que estimulan a la enzima adenilil ciclasa para
producir AMPc y este se une a protein cinasas que fosforilan otras proteínas,
lo que ocasiona respuestas celulares
diversas, aunque en los últimos años se ha descrito que se unen a otras
proteínas con las que tienen contacto en el medio intracelular.
A continuación se describen recientes
avances en el estudio de estos receptores que implican la posibilidad de
generar nuevas herramientas terapéuticas para enfermedades que causan gran
impacto en nuestra sociedad, como son las cardiovasculares, el asma, la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la obesidad y el síndrome metabólico.
RECEPTOR
b1
ADRENERGICO HUMANO
En los seres humanos, el gen que
codifica para el receptor b1 adrenérgico (b1AR) se encuentra en el cromosoma 10 (de 23 que
tiene en pares el humano), este gen codifica para una proteína que, tras los
procesos de transcripción y traducción genera un receptor de 65KDa con una región extracelular N-terminal y un dominio
L3 citoplasmático mayor que el de los otros receptores b adrenérgicos.
Se sintetiza en múltiples tejidos y células sanguíneas, siendo el corazón, el
órgano predominante. Por ello, se describen como principal efecto mediado por
estos receptores la estimulación de la función cardiaca. Así, se usan moléculas
que lo activan para tratar algunos casos de insuficiencia cardiaca; y
compuestos que los bloquean para tratar hipertensión.
Uno de los datos que ha llamado la
atención sobre el b1AR, es que en algunos individuos (que
representan más del 2% de la población) presentan una modificación en el
aminoácido 389 (esto es llamado polimorfismo), ya que pueden presentar un
residuo diferente en esta posición en lugar del que tiene la mayoría de
individuos. Este residuo esta localizado en la zona citoplasmática del
receptor, dentro de una a hélice formada tras el séptimo dominio
transmembranal. Los polimorfismos del b1AR, tienen importancia
médica, ya que algunos como Arg389 por Gli389 se han relacionado a patologías
cardiovasculares, como la insuficiencia cardiaca congestiva, cardiopatía
isquémica, hipertensión arterial y cardiomiopatía dilatada, enfermedades que
afectan a gran porcentaje de la población y cuya incidencia sigue en aumento.
Estudios in vitro con las dos variantes
polimórficas Arg389 por Gli389 del receptor, han demostrado que los receptores
adrenérgicos b1 con Arg389 tienen una mayor interacción con la
proteína G y producen más AMPc, luego del estimulo con b
agonistas. Para complementar datos obtenidos de estudios de biología molecular
y señalización intracelular; nuestro grupo de trabajo ha evaluado estos polimorfismos
mediante el análisis de modelos tridimensionales (3-D) del b1AR
construidos con herramientas computacionales, en el que se observaron cambios en las estructuras y conformación del receptor con el cambio del
aminoácido en la posición 389, así como diferencias en la afinidad de los
ligandos (fármacos) y en la posibilidad de fosforilarlos (un evento que
modifica su plegamiento en la membrana), lo que ayuda a explicar la implicación
que tiene en algunas patologías cardiovasculares. Estos modelos también
servirán para generar nuevas moléculas que potencialmente tengan más potencia y
eficacia sobre estos receptores; es decir los alcancen y se unan a ellos a
menores dosis y tengan mayor efecto sobre su señalización intracelular,
independientemente de la forma del receptor que tengan los individuos enfermos
que las requieren.
RECEPTOR
b2
ADRENERGICO HUMANO.
El receptor b2
adrenérgico (b2AR)
se codifica desde un gen que se encuentra en el cromosoma 5. Tiene un peso
molecular aproximadamente de 55KDa. Al igual que los b1AR,
es objeto de varias modificaciones postraduccionales como glicosilaciones
(colocar glucosa) y palmitoilaciones (colocar ácidos grasos). El b2AR
se expresa en el músculo liso de diversos órganos; entre ellos, los pulmones,
siendo una importante diana biológica para los fármacos broncodilatadores (que
relajan la musculatura de las vías aéreas, útiles para tratar asma y enfermedad
pulmonar obstructiva crónica). El asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Crónica (EPOC) son problemas de salud pública, causa importante de
morbimortalidad en el mundo, actualmente no tienen cura, sin embargo
existen múltiples fármacos que consiguen
una mejoría significativa de las manifestaciones clínicas, como son los agonistas b2AR (salbutamol,
salmeterol, entre otros). Sin embargo uno de los problemas que se presenta en
estos fármacos, es la pérdida de eficacia tras su uso continuado, debido a la
disminución del número de receptores y el aumento en la frecuencia cardiaca.
Adicionalmente, se ha considerado que los
b2AR
tienen un importante efecto en el sistema cardiovascular y en diversos procesos
metabólicos. Como claro ejemplo, sobre la importancia que tiene el b2AR
en las enfermedades cardiovasculares, estudios recientes han demostrado que la sobreexpresión
(síntesis en grandes cantidades) de los b2AR a un nivel que
mejore el rendimiento cardiaco, puede tener un efecto protector antiapoptótico,
sobretodo en los pacientes con Insuficiencia Cardiaca (donde hay
hiperactivación de los b1AR por exceso de catecolaminas). En
cuanto a la regulación del metabolismo, se sabe que la estimulación del b2AR
estimula la regeneración del músculo estriado y regula los niveles de carbohidratos,
lípidos y hormonas que regulan el nivel de estos (como la insulina), lo que si
bien ha tenido poca aplicación en humanos, ha sido aprovechado en el ganado
para obtener productos con mayor cantidad de masa magra.
Han sido descritos 12 polimorfismos para
el b2AR.
De los cuales Arg16 por Gli16, Gln27 por Glu27, Trh164 por Ile164, Val34 por Met34
y Ser220 por Cys220 ocasionan alteraciones en aminoácidos del receptor y
presentan importancia funcional. Los polimorfismos en los codones 16 y 27 no
alteran la capacidad de unión de las catecolaminas al b2AR,
ni la actividad catalítica de la adenilil ciclasa, sin embargo, están
fuertemente relacionados a la susceptibilidad de esos receptores al fenómeno de
regulación a la baja (que ocasiona que los receptores dejen de estar en la
superficie celular), lo que se ha asociado a mayor incidencia de algunos tipos
de asma, enfermedades cardiovasculares y obesidad; así como a una respuesta
diferente al tratamiento con fármacos comúnmente utilizados en estas patologías.
Además de los padecimientos
respiratorios y cardiovasculares, que se mencionaron de forma breve, el b2AR
juega un papel potencial en la patogenia y terapéutica de una varios
padecimientos como el cáncer, dermatopatías, alteraciones inmunitarias, dolor
neuropático, entre otros, por lo que representa un gran campo de investigación
médica. En el laboratorio de Investigación Bioquímica de la Escuela Superior de
Medicina, se ha trabajado el diseño y síntesis de nuevos ligandos (moléculas
con capacidad de unirse) que contienen boro y se unen al b2AR,
resultando compuestos con alta potencia, para relajar musculo liso de tráquea
de cobayo (con gran parecido funcional al que tiene el b2AR
humano) y eficacia en receptor b2AR humano expresado en células
neoplásicas. Algunos resultados obtenidos en experimentos in silico (así se les llama a los ensayos elaborados
mediante el uso de herramientas computacionales) sugieren ventajas por la
presencia de boro y la exposición de grupos hidroxilos en dichos compuestos,
que generan gran cantidad de enlaces puente de hidrogeno entre el ligando y el
receptor. Además, basados en estos experimentos, se han descrito mecanismos de
regulación de la actividad del receptor por unión de más de una molécula de
catecolamina y se han sugerido algunas modificaciones clave para generar nuevos
fármacos, mas selectivos, potentes y con menos efectos adversos.
RECEPTOR
b3
ADRENERGICO HUMANO.
Se codifica en el cromosoma 8 en seres
humanos. Tiene una homología de secuencia
del 51% con el b1AR y del 46% con b2AR.
A diferencia de los b1AR y b2AR, el gen que
codifica para el b3AR contiene fragmentos de RNAm que no
se traducen (intrones), lo que favorecería la presencia de varias isoformas de
este receptor, tal como se ha observado en roedores, donde la existencia
de la isoforma A y B del b3AR
presenta una expresión variable
dependiendo del tejido donde se exprese. En los adipocitos, al estimular a la
proteína Gs, la activación del b3AR va a favorecer los procesos de
termogénesis por medio de la activación de la proteína p38a por parte de la
proteincinasa (PCA). Por otra parte, la activación de la ruta de cinasas
reguladas por señales extracelulares (ERC) va a mediar la fosforilación de la
hormona sensible a lipasa (HSL), que va a ser la mediadora de la lipólisis. Por
su alta expresión en los adipocitos, se ha identificado una mutación en el
codón 64 del gen que codifica este receptor (Trp64 por Arg64), que se ha
asociado con un síndrome de obesidad troncular,
hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia, resistencia a la insulina y
diabetes mellitus tipo 2.
Los b3AR tiene dos rasgos
característicos: una menor afinidad por las catecolaminas comparado con los
otros receptores b adrenérgicos, y una relativa
resistencia a la desensibilización y a la regulación a la baja. Estas
características han llevado a la hipótesis de que la principal función fisiológica de los b3AR
es mantener la señalización durante períodos de sostenida estimulación catecolaminérgica.
Otros sitios donde se puede localizar el
receptor b3AR son: a) cerebro (hipocampo, hipotálamo, amígdala
y corteza cerebral) teniendo efectos ansiolíticos y antidepresivos, b)
intestino, participando en la regulación del flujo sanguíneo, c) vías urinarias
con efecto sobre la relajación del musculo detrusor en la vejiga, d) endotelio vascular, e) Miocardio, generando
un efecto inotrópico negativo, y f) miometrio, donde regula la contractilidad.
Los b3AR
son de gran interés, ya que su reciente descubrimiento en varios tejidos, puede
tener implicaciones significativas en el desarrollo de nuevos fármacos. En
nuestro grupo de investigación trabajamos en la detección de componentes de
moléculas para alcanzar al b3AR mediante el empleo de ensayos
in silico que actualmente son una herramienta muy utilizada (a esto se le llama
screening o cernimiento de moléculas), ya que permite el ahorro de procesos de
síntesis, proporcionando el mejor candidato a resolver problemas de obesidad y
otras patologías relacionadas con este receptor.
CONCLUSIONES.
La activación de los receptores b
adrenérgicos es de gran interés tanto en la investigación básica como clínica,
por la gran implicación terapéutica que representa. A pesar de que existe gran
cantidad de información sobre los efectos de la activación del bAR
en los diferentes tejidos del organismo, en la actualidad se sigue descubriendo
nuevos conceptos y mediadores implicados en la fisiopatología de enfermedades
cardiovasculares, respiratorias y metabólicas, donde se encuentra asociado
estos receptores, por lo que se generan nuevas perspectivas en la comprensión
de la importancia funcional de cada subtipo del receptor b
adrenérgico humano. El estudio de las mutaciones del receptor b
adrenérgico, es un tema muy interesante y desafiante para la investigación
médica, ya que daría la posibilidad de generar nuevos avances tanto en el estudio
de la progresión de estas enfermedades, como en los posibles hallazgos
farmacológicos, que permitirían tener una mejor alternativa en su terapéutica y
obtener fármacos selectivos, potentes y con menos efectos colaterales.